lunes, 30 de mayo de 2011

Sexo contigo

Le escribieron los poetas
a la palabra mujer:
al pelo, las piernas, la piel;
a todo le hicieron cuartetas.
   
Le hicieron poesía a las nalgas
los ojos y la entrepierna,
y dijeron que es eterna
la negrura de sus almas.


Neruda, Bécquer, Martí,
ellos lo dijeron todo.
seria “parlar como un loro”
decirte lo mismo a ti.
   
Voy a cantarle a tu aliento,
a tu bostezo y tus dientes,
y a lo rico que se siente
tu pelo besando al viento.
   
Le canto a tu carcajada,
a tu saliva y sudor,
allá adentro, a tu calor,
y a tu deseo que no acaba.

Al rosado en tus entrañas,
a los vellos de tu ombligo
que hacen dibujo torcido
como una casa de arañas.
 Tu columna vertebral
imperfecta y anillada
por el diablo colocada
para poderte escalar
   
Que linda tu boca grande
entreabierta, suspirando
si el placer anda rondando
y como fuego se expande.
Tu garganta es la prisión
de tu gemido alocado.
Tu grito, un preso escapado
que me roba el corazón.


Copyright to: Fugee
Registered in: Editorial Sa Nostra.
Registro de Autores de las Islas Baleares.
Balearic Islands. Spain.
ISBN ESP009475007
UE-Schengen Territory

sábado, 28 de mayo de 2011

Regresos

(para los cubanos que se han marchado sin decir adios, y para los cubanos que necesitaban ese adios, y nunca lo tuvieron...)

Todos los recuerdos tienen un golpe muy adentro que los hace regresar. Con solo pasar por un lugar, escuchar una canción, o percibir un gesto de otra persona, podemos volver en el tiempo a hechos que considerábamos olvidados.
En pocos segundos, he vuelto a verte en aquella escuela. Tenías una risa loca, y yo solo podía mirarte de lejos porque nos separaba el vidrio grueso  de que tenías a media parentela fuera del país, y vivías el cuento de hadas  que representan escaparates y refrigeradores repletos.
Yo te sentía más lejana todavía por el hecho de que  eras novia de Andrés, un tipo alto y agradable, con un padre médico de renombre y una madre secretaria de no sé que jefe. Eran una pareja hermosa. Ustedes, para ir a los repasos de las tardes se ponían la ropa que la mayoría usaba solo para salir en ocasiones muy especiales, y gastaban en una sola merienda el dinero que me daban a mí para dos semanas. Al buen decir de mi amigo Carlos, con una lógica cruel, "que ella se fije en tí es como yo tratar de ir a la Luna en esto" y señalaba su bicicleta destartalada.  Carlos escuchaba con paciencia de chino mis monólogos sobre las cosas que sentía por tí. Una vez, parece que harto de oír babosadas, me preguntó "Ven acá mijito; ¿Ella no te mira nunca?" "No" respondí. "¿Y no se ríe con tus chistes?". "No". "¿Nunca la has invitado a bailar?" "Una vez, y no quiso". Él miró al cielo en pose analítica, acariciándose la barbilla. Me miró con la burla más grande pintada en la cara. "Ná, entonces está claro, la tipa está muerta contigo ¿No crees?". De verdad, solté la carcajada del siglo.

La novia de Carlos se llamaba Ivón. Él le contó lo que me pasaba, y ella se lo contó a una de tus amigas, y ya, por inercia (y guataquería) esa amiga te lo dijo todo. En una operación tan bien montada que no me percaté de nada, mandaste a que me robaran una libreta, para ver si aquel bobo que sentía tantas cosas y no decía ninguna era un burro u otra cosa. En la primera página de la libreta secuestrada encontraste tu nombre, y al lado, escrito, algo que yo había leído en no sé que libro: "ella es el océano de todos mis naufragios". Después me contaron que mientras tus amigas se reían, tu leías aquello una y otra vez, muy seria. Al otro día cuando entré a la escuela estabas en el portón, sola. Por primera vez me miraste, y por el viento, tu pelo me pasó cerca de la cara. En mi mesa me encontré la libreta, abierta en AQUELLA página. Al lado de la frase para tí, estaba escrito un "Gracias" con tinta negra y trazo fuerte.  Me pasé todo el día con la cabeza puesta en aquel "gracias". A la salida no te ví, aunque estuve un rato mosqueando a ver si aparecias. Llegué a la casa, y sin quitarme la ropa me fuí directo a la cama, rumiando si serías tú la que escribió mi libreta. Me quedé dormido, hasta que me despertaron las sacudidas de mi madre, que iba de salida para el trabajo. En la neblina del sueño la escuché protestar porque no había comido nada con lo flaco que estaba, y que "ahí te buscan de la escuela".   Salí desgreñado,  acomodándome la camisa, y te encontré en el portal. Dije un "hola" tembloroso, y empezaste hablar rápido, sin pausas, explicando  que estabas allí para decirme que habías leído en mi libreta y te encantó. Me besaste con una boca grande y húmeda, y agarrando mi mano me empujaste a la sala, preguntando entre beso y beso "si en esta casa no hay más nadie", así, hasta mi cuarto. Pensé que desde mi cama, si mirabas bien, verías las goteras en las tejas del techo, pero de pronto no me importó, porque me parecía que te conociera de siempre. Tu blusa parecía un cadáver cuando la tiraste al piso, y pude ver tus senos pequeñitos, de pronto palpitando en la palma de mis manos. Mi pantalón hizo, en el piso, una pareja grotesca con tu blusa muerta.
Tus besos sabían a piel, a sal y a frutas. Te sentaste encima de mí, y sentí que estaba entrando en el agua cálida del mar, y tu aliento tenía todas las respuestas y el fuego de las cosas que se anhelan por largo tiempo. Te miré bien de cerca, sintiéndome abrigado en la cabaña que hacían tus cabellos alrededor de mi rostro. Tus ojos azules estaban más azules ese día, y de pronto empezaste a escarbar suave con tus dedos en mi boca, y en un arrebato que después nos dió risa, agarraste mi lengua, tiraste de ella hacia afuera, y te quedaste mirándola y acariciándola hasta que te sentí gemir , y hablarme, y creo que también gemí con voz ronca hasta que me pareció que el mundo se rompía bajo la cama. Te abracé fuerte, y tu pelo olía a flores, a gaviotas, que sé yo. Te estuve besando con los dedos enredados en aquellos rizos largos hasta que pareciste despertar para vestirte muy rápido y correr a la calle. En la puerta hice la pregunta del estúpido. "¿Y Andrés?". Me miraste a los ojos para decir que "Andrés no me escribe cosas bonitas en las libretas". "¿Y mañana?" fue la otra pregunta estúpida. Me diste un beso pequeñito en los labios, y te fuiste por la calle  rota, llena de charcos donde se reflejaba el sol. Al dia siguiente te busque por toda la escuela. Tenía pánico de volver a ser nada ante tus ojos. No le conté a nadie, ni siquiera a Carlos que se pasó todo el dia preguntandome "que carajo te pasa". A la hora de salida, me llené de valor y le pregunté a una de tus amigas donde estabas. "No vino, no sé por qué". Pasé por tu casa como veinte veces en la bicicleta desvencijada de Carlos, y todo estaba cerrado.  Al otro día lo mismo, "no vino", y al otro. Andrés tampoco sabía, andaba como loco averiguando. Después Carlos se apareció en mi casa. Me llevó al patio y puso una mano en mi hombro con una solemnidad peliculera, preguntando si sabía lo tuyo. Yo lo miré sin entender. Él suspiró y dijo "Se fué". yo seguía en la Luna. "Compadre, que ella y la familia se fueron en una lancha que los vino a buscar". "No puede ser", dije. "Pues si es" dijo Carlos con su lógica demoledora. Allí me quedé, parado, ya sin estar seguro de que fuera real haber hecho el amor contigo en mi cama.
Todos los recuerdos tienen un golpe muy dentro que los hace regresar. Por eso hoy, tantos años después, cuando tocaron a la puerta y vine a abrir, antes de ver tus ojos azules que me miran, yo solo tuve que sentir tu olor para saber.

Copyright to: Fugee
Registered: Registro de Titulos y Propiedad. Editorial Tusquets. Barcelona.
ISBN: ESP00296898 -UE- Schengenn Territory.

Tatuajes


Bestia de dos cabezas
un dragón, la llamarada
en tu espalda dibujada
para espantar la tristeza.


Escapadas de un tintero
palomas, en el tobillo
lloran lágrimas sin brillo
muriendo de tanto anhelo.


En el ombligo, una flor
que sangra por las espinas
y sus líneas duras, finas,
conjuran contra el dolor.



Bajo la piel escondes
una espada rojo fuego:
invita jugar un juego
perdido no sé adonde.


Curiosa, mi mano toca,
busca perfecta pintura
y se detiene, segura
en la risa de tu boca.


Copyright to: Fugee
Registered: Registro de Titulos y Propiedad. Editorial Tusquets. Barcelona.
ISBN: ESP00296897 -UE- Schengenn Territory.

martes, 24 de mayo de 2011

Piel de Tigre en tus manos

Manos lejanas, invasora tropa
bajo la ducha que en vapor me arropa;
lejanas manos que se hicieron mías
en húmedas, secretas travesías.

Manos que apenas me han tocado
Dedos de hierba, de rosa y de clavel
Ojala sepan que hacer
Con la piel del tigre que han matado
Los amores virtuales son rosas de papel;
ámame con las manos, los muslos y la boca;
que no ama bien quien habla si al conversar no toca,
lejana esposa de otro, cercana amante fiel.