lunes, 4 de julio de 2011

Plegaria

 Padre nuestro que estás en el cielo
tan lejos que mis ruegos
te llegan con toda una vida de retraso.

Ruega por nosotros
culpables de necedad y optimismo
contagiados de insolencia
crónicos enfermos de esperanza.

Sálvame del dolor
que vive en los ojos de los otros
y de la palabra negra o blanca;
no de la que he dicho, sino de la que guardo.


Júzgame
no por mi huella en el polvo
sino por el paso que no dí;
no por la herida de mi hacha
sino por la semilla que no sembré.

Guárdame
del hermano del castigado
que se sienta sin lágrimas
a la mesa del castigador.

Líbrame de todo mal,
del abrazo hipócrita,
de cuanta lágrima y dolor
he repartido con mis manos.

Dame fuerza
para comprender a tiempo
que se dice "la otra mejilla",
y no "la mejilla del otro".

Quítame el pan, la risa, las flores,
mas no quites la venda de mis ojos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario